El bagaje arqueológico de Tierras Altas está en consonancia con el ambiente montaraz del entorno en que se enmarca, el territorio central del Sistema Ibérico que roza el sector nordeste de La Meseta. A parte de algunas hachas pulimentadas, los materiales que apuntan hacia una cronología más remota son ciertas lascas y láminas de sílex, que aparecen acompañadas de algunos fragmentos de toscas cerámicas a mano. Excepcional es su asociación con pequeñas manchas en el terreno de tonalidad oscura, indicio de posibles cabañas. La cronología de estos materiales se centra en la Edad del Bronce. El objeto más excepcional de este periodo es un hacha de talón con dos anillas laterales localizada a 2 km de San Pedro Manrique, en el término denominado El Pedroso.

El Castillejo de TaniñeEn un cerro situado al norte de Taniñe está El Castillejo, un castro de la Edad del Hierro. Tanto éste como el también llamado El Castillejo, ahora de Castilfrío de la Sierra, son muy conocidos por los estudiosos de la arqueología gracias a sus frisos de piedras hincadas. Fueron excavados en los años veinte del siglo pasado. Se trata de pequeños poblados, fortificados con muralla y piedras hincadas por su exterior. Cronológicamente se sitúan entre los siglos VI-IV a.C. Otros castros de este momento se conocen en Yanguas, La Laguna, el Villar de Maya, Vea, Valdeprado,...


El Castillo de La LagunaSiglos después del apogeo de la Cultura Castreña Soriana, ya en plena época celtibérica, el territorio de Tierras Altas estuvo dominado por dos grandes poblados fortificados que se repartían esta parte de la Sierra, Los Casares de San Pedro Manrique y El Castillo de La Laguna. Sus ruinas aún impresionan cuando se pasea entre los restos de sus torres y murallas. Dispersos por su territorio existían pequeños poblados consistentes en unas pocas viviendas defendidas por una poderosa torre. Sarnago, Rabanera, San Andrés de San Pedro, Taniñe, Vea, Los Casares de San Pedro ManriqueBuimanco, Torretarranclo, Magaña, Fuentes de Magaña, Villar de Maya, Valduérteles, Valloria, Vizmanos, Santa Cruz de Yanguas,... raro es el pueblo que no tiene en su término un castillo de época celtibérica, recuerdo de unos tiempos en los que las gentes de estas montañas estaban educadas en un espíritu hospitalario y noble, pero también belicoso. Son los pueblos a los que se enfrenta Roma durante la conquista que culminó aquí con la toma de la vecina Numancia. Uno de los objetos más valiosos de este periodo es una estela decorada con una enigmática figura humana.


Las Gimenas de Villar del RíoCon la llegada de Roma se deshabitan los viejos castillos, viviendo las gentes en pequeñas aldeas como las localizadas en Santa Cecilia, Santa Cruz de Yanguas, Valloria, Torretarranclo, Fuentes de Magaña,... incluso en villas como las conocidas en Yanguas y Oncala, donde los objetos aparecidos delatan cierto acomodo. Estelas RomanasEl poder imperial romano se centralizaba en dos núcleos, Los Casares de San Pedro Manrique y, sobre todo, Las Gimenas de Villar del Río. Los objetos arqueológicos más característicos de este periodo son un conjunto de inscripciones latinas, frecuentemente con decoración, depositadas en museos, iglesias y casas de la zona. Interesante para el estudio del periodo final del Imperio Romano y los primeros tiempos visigodos es la necrópolis de Taniñe, donde se excavaron varias tumbas en las que se enterró a los difuntos con un importante ajuar: pendientes, lanzas, hachas, vasitos de vidrio y cerámica fina.


(Texto de Eduardo Alfaro Peña)

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